La emergencia sanitaria y la virtualización de espacios de trabajo adelantaron la Transformación Digital. Lo que estaba previsto para un periodo de cinco años, terminó ocurriendo en sólo algunos días. Esta vertiginosa evolución sigue en marcha y los centros de datos juegan un papel fundamental. Su capacidad de respuesta ha sido decisiva para enfrentar la crisis. Sin embargo, con el aumento de la información y del uso exponencial de aplicaciones en tiempo real, es urgente optimizar su consumo energético.
Según Marco Damián, Territory Account Manager de Panduit México, la nueva normalidad avanza y empresas de todos los sectores luchan por adaptarse. Pequeñas, medianas y grandes organizaciones convergen en la búsqueda de herramientas tecnológicas que les permitan innovar y ser más eficientes.
Se hace evidente el rol de la infraestructura de TI como habilitador del cambio. Las empresas que aún no habían adoptado la nube, asumen el reto de hacerlo. En este proceso surgen cinco desarrollos tecnológicos a tener en cuenta: automatización, acceso a redes, enfoque multicloud, inteligencia artificial y seguridad. De allí surgen nuevos modelos de negocios que les permiten a las compañías tener un diferenciador frente a la competencia”, asegura Neyton Ávila, Consultor en Soluciones y Productos de Panduit.
Retos actuales de los centros de datos
“Lo que no se puede medir no se puede controlar; lo que no se puede controlar no se puede gestionar; lo que no se puede gestionar no se puede mejorar”. Muy conocida en las áreas de Logística y Balance Scorecard, dicha reflexión también tiene total aplicación en la industria de los centros de datos.
Los gerentes de estas instalaciones de misión crítica evalúan constantemente cómo optimizar su desempeño y garantizar la continuidad de la operación. Aquí es importante, entonces, analizar qué retos enfrentan actualmente. Según Marco Damián, los principales son: consumo energético, capacidad instalada, errores humanos, agilidad para implementar nuevos proyectos y evolución de las aplicaciones.
Si bien cada uno de ellos requiere de una máxima atención, el consumo energético es una prioridad. Esto se debe a que, independiente de su tamaño, aproximadamente un 50% de los costos de operación de un centro de datos corresponde a este reto. En particular, a los sistemas de enfriamiento.
“En ocasiones, esto ocurre porque las estrategias tomadas desde el área de IT, no están alineadas con las de facilities (equipo responsable de la operación de la energía). En conjunto, dichas estrategias deberían estar alineadas con los procesos de negocios. Si el negocio va a brindar un excelente servicio, lo ideal es que cuente con un alto nivel de disponibilidad y respaldo por parte del centro de datos”, comenta Neyton Ávila.
“Todo lo relacionado con temperatura en los centros de datos se convierte en algo crítico”, señala Marco Damián. Sin embargo, no siempre se realizan las mediciones que se requieren. Es normal que, ante el calentamiento de equipos, la respuesta más sencilla sea inyectar más aire o bajar la temperatura. No obstante, esta no es la solución al problema.
Monitoreo remoto de la infraestructura
En su concepto, el tema es tan complejo que la regla básica de pasillos fríos y calientes deja de aplicar porque todo se vuelve un ecosistema. Mantener la capacidad de enfriamiento adecuada exige monitorear la temperatura del aire de entrada, la unidad de enfriamiento Delta T (diferencial de temperatura entre el aire de inyección y de retorno); lo mismo que la presión y temperatura debajo del piso.
Como respuesta a esta necesidad, Panduit recomienda la implementación de herramientas que faciliten el monitoreo de la infraestructura de manera remota. Este es el caso de SynapSense, suite de componentes de hardware y software que permite medir entornos industriales de manera inalámbrica, en modo 7x24x365.
Esta solución se especializa en la gestión del riesgo térmico y el ahorro de energía en refrigeración. Funciona con base en una red de sensores en malla y un mapa de calor de imágenes en vivo, entre otros componentes. Es una tecnología que aporta mayor eficiencia al alinear en forma continua las capacidades de enfriamiento, en función de los cambios en la carga IT. Su implementación reduce el uso de energía de enfriamiento hasta en un 50 por ciento.